sábado, 4 de junio de 2011

El Osito que Siempre Decía No: las políticas del Negacionismo

Cuando mi hermano era chico se inventó un personaje muy repelente llamado "El Osito que Siempre Decía ‘No’” que supuestamente vivía en su interior. En los momentos más inesperados, el engendro se manifestaba de la siguiente manera: siempre respondía “No.”Cualquier pregunta, cualquier intento de entablar conversación con mi hermano, inclusive antes de uno terminar una frase,  recibía el inaguantable “No”. Estas invasiones osunas  terminaban conmigo (siempre he sido de escasa paciencia) agarrando a mi hermano de las mechas y propinándole varios arañazos y mordiscos que efectivamente  exorcizaban al diabólico oso. Lamentablemente hoy en día, me es difícil aplicar esa drástica medida en contra de los nuevos “Ositos que siempre dicen No” o sea los Negacionistas.
El Osito que Siempre Decía "No" y su "exorcista"

Aunque "Negacionismo"  es un término que se aplica a cualquier estudio que distorsione el registro histórico, para los efectos de estos posts será usado para referirse a una escuela de revisionismo histórico que pretende negar (en su totalidad o en algunos aspectos) la existencia del Holocausto, o sea la exterminación premeditada de los judíos de Europa por parte de la Alemania Nazi.

El Negacionismo no solo rechaza toda documentación histórica que prueba la existencia del Holocausto (incluyendo los testimonios de afectados, perpetradores y testigos neutrales). Además acusa a todo el  “Mundo libre” de ser cómplice del mayor fraude de la historia, un fraude creado por los judíos y los Aliados.

Esta negación se manifiesta en  cuatro corrientes. Están los que dicen que Alemania nunca tuvo una política de exterminio en contra de los judíos. Están los que afirman que, aunque efectivamente muchos judíos murieron de privaciones en guetos,  nunca existieron las cámaras de gases. Están los que dicen que aunque efectivamente existió un Holocausto, fue a espaldas del Fuhrer e instigado en contra de los deseos y pretensiones de Hitler (¿??) Y por último , están los enamorados de las cifras que dicen que no hubo seis millones de victimas sino 5,997 y medio, o algún número tan vago como ése. Como yo odio las estadísticas, y los números no tienen significado para mi, voy a comenzar por este punto más engorroso.

Valga decir que en términos de tragedias humanas, hablar de millones de muertos, incluso de miles es ya una catástrofe. En Estados Unidos, en los estados en que existe, se aplica la pena capital al culpable de más de un asesinato. En el medio siglo en que tiranizó Cuba, Fidel debe haber ordenado y sancionado más de un millón de muertos. Nadie habla de eso, en cambio el “mundo civilizado” se horroriza por los 3,000 desaparecidos del nuestro Gobierno Militar. Lo que pasa es que no hay estadísticas oficiales de los crímenes castristas, pero si las hay sobre los 3,000 desaparecidos. Por eso ese número suena impresionante y terrible sobre todo sí se le repite constantemente.  

Pensemos que el Holocausto  en términos equitativos debe abarcar aparte de los 6 millones, a 3 millones de polacos (no judíos) , 6 millones de eslavos (encontré una fuente que dice que fueron mas, pero la estoy investigado),4 millones de prisioneros de guerra soviéticos, 800.000 gitanos, 200.000 alemanes arios de diversas edades que fueron exterminados por sufrir de enfermedades mentales, 200.000 masones,  y 500,000 Testigos de J. No se sabe todavía la cantidad de homosexuales ejecutados, pero 15,000, nada más que en Alemania, fueron enviados a campos de concentración. Agreguémosles no sé cuantos enemigos políticos, resistentes y disidentes religiosos y el número de victimas puede llegar a los 17 millones.  Así es que los Negacionistas tienen que vérselas con una cantidad de otros grupos y etnias que no son parte de “La Conspiración Judía”.
Minutas de la Conferencia de Wansee donde se elaboró la "Solución Final" al "Problema Judío". Según los Negacionistas toda esta documentación es falsificada (Wikipedia)


Pero volviendo a la cifra de  seis millones, se trata de un término genérico nacido  de una aproximación estadística (no de rituales cabalísticos como afirman algunos Negacionistas que arguyen el poder esotérico del 6). De los 7.3 millones de judíos residentes en la Europa ocupada por los Nazis, casi el 80% desapareció sin dejar rastros como si se hubiera abierto la tierra y se los  hubiera tragado el Reino de los Shedim. Los historiadores  tras discrepar y examinar fuentes y datos diversos terminan con figuras que oscilan ente 5 y 6 millones.

 Raúl Hilberg, dice que sumando judíos muertos en los campos de exterminio, guetos y los ejecutados al aire libre son 5.1 millones de víctimas. Otros historiadores lo contradicen porque se basa estrictamente en muertes puntuales y no admite variantes estadísticas. En cambio, Sir Martin Gilbert alcanza el número de 5,75 porque incluye los asesinados en territorios ocupados de la Unión Soviética. Lucy Dawidovitz llega a 5,934 basándose en  censos anteriores al conflicto.

Las fuentes que ayudan a calcular el número de muertos son diversas. Aparte de censos, estadísticas y otros estudios demográficos de la pre-guerra, está toda la documentación que dejaron los mismos Nazis. Fue Eichmann quien se ufanó de haber ayudado a exterminar a 6 millones de judíos, pero más allá de su bravata, están los expedientes y registros (incluyendo material fotográfico) cuidadosamente clasificado por el aparato de exterminio Nazi.

Fotografía tomada por un soldado alemán en el Frente Oriental que muestra la ejecución de una "criminal" judía que carga en brazos a un "peligroso disidente". (Wikipedia)
Hay quienes admiten esas variaciones demográficas, pero argumentan que seis millones es una exageración. Para jugar al abogado del diablo, and for agument´s sake, quedémonos en los 3 millones que, a propósito, no es una suma elegida por capricho. 3,000.000 de victimas  están registradas, con nombre y lugar de ejecución, en el banco de datos  de Yad Vashem en Jerusalén. Sin embargo, concordarán  en que no todas las victimas han podido ser identificadas. No se pueden identificar cenizas.

Además siempre me he preguntado qué criterio se utiliza para contabilizar las bajas ¿No  son también victimas de los Nazis los que se suicidaron, por miedo a muertes mas indignas, lentas y odiosas, como hicieron Walter Benjamin y Stefan Zweig? ¿Cuántos judíos no fueron victimas de los Nazis sin estos saber que lo eran? Me refiero a los que murieron escondidos bajo aliases de resistentes.  Enzo Sereni fue lanzado en paracaídas por el ejercito bitánico en la Italia ocupada por los alemanes. Estos lo arrestan y lo creen un oficial inglés.   Durante los interrogatorios se descubre su identidad y es enviado a Dachau donde es ejecutado, pero si lo hubieran matado en el momento de su captura los reportes alemanes lo hubieran descrito como un oficial aliado no como otro judío italiano.
Estampilla israelí conmemorando a Enzo Sereni

Y eso lleva a otra pregunta ¿Son los resistentes judíos ejecutados por su actividad anti-Nazi víctimas del Holocausto?  Al menos los Nazis los veían antes que todo como judíos. Szmul “Titi” Tyzselman uno de los primeros de los fusilados, por actividades “terroristas” en la Francia Ocupada era comunista y resistente, pero en el cartel que los alemanes pegan en las paredes de París se lee claramente “Der Jude” (el judío).

Pero sigamos con los confortables 3,000.000 Ya no son tan insignificantes si contamos que 1.5  de esas victimas eran niños menores de doce años y que una cuarta parte eran viejos y mujeres, muchas embarazadas, cuyo único crimen era pertenecer a un pueblo proscrito (porque saben hacer plata, porque se casan entre si y otros crímenes semejantes). Los Negacionistas que argumentan que en los campos de concentración solo había criminales, disidentes y terroristas no explican qué hacían los niños allí. (Hablando de la población “delincuente” de los Lagers, ¿caen entre ellos San Maximilian Kolbe, asesinado en Auschwitz, y la princesa Mafalda de Saboya, hija del Rey de Italia, muerta en Buchenwald?)
Más allá de cifras abstractas, la tragedia del Holocausto conlleva una pérdida que sobrepasa la humana. Toda la cultura yiddish de la Europa Oriental desapareció. Pueblos enteros judíos (shetls) fueron exterminados. Raphael Patai ha escrito un libro precioso  muy conmovedor “The Vanished Worlds of Jewry” (Los mundos desaparecidos de los judíos) que muestra con fotografías, toda la rica cultura artística, comercial, religiosa   e intelectual de las comunidades judías de la Europa Oriental pre-Shoah. Todas aniquiladas.

Los Negacionistas tienen una respuesta genial para esta desaparición que los identifica como Ositos que decían no. “NO, NO fueron asesinados los miembros de estas comunidades. Se fueron a la Unión Soviética huyendo de los Nazis y allá se hicieron comunistas y se asimilaron con la sociedad soviética”. Quisiera evitar burlarme de los Negacionistas, porque el sarcasmo y la ridiculización son sus armas favoritas, pero es imposible. ¿Cómo se puede llegar a tamaña simpleza?

Además que se olvidan de otra desgracia cultural que me afecta un poco más de cerca. La desaparición  de las comunidades sefarditas del Mediterráneo y de Los Balcanes de donde proviene la mayoría de mi familia materna.  ¿También se fueron a la Unión Soviética  o los secuestraron los alienígenos?

El ladino, el español arcaico que hablaban los sefarditas  se ha vuelto una lengua semi muerta, mantenida solo por académicos. Estamos hablando de las comunidades judías más antiguas de Europa constituidas antes de la Era Cristiana. La inmensa comunidad judía de Salónica (53,000 de acuerdo al censo que tomaron los Nazis en 1943) quedó reducida a un puñado (1,500 judíos de acuerdo al censo del 2000). Esa comunidad de la que salió el abuelo de Sarkozy, la que proveía al puerto de estibadores y marineros, y por lo tanto se cerraba la actividad portuaria los sábados, ya no existe. Tanto así que cuando conocí a una judía griega, hace años en mi sinagoga, tuve ganas de tocarla como si fuera una pieza arqueológica. (Continuará)

12 comentarios:

Javier Bazán Aguirre dijo...

No sabía lo de la princesa Mafalda de Saboya.

Aquí son como 1000 desaparecidos, de los cuales hay muchos falsos desaparecidos, como el mirista que vive en Nueva York. Y otros en Suecia. Es más fácil para la izquierda lucrar con el dolor que decir la verdad.

Otros desaparecidos se desconoce su paradero como cuenta el libro de Krasnoff portaba varias cédulas de identidad.

Violante Cabral dijo...

Usé la cifra de 3,000 porque esa es la que barajan y mencionan los críticos del Gobierno Militar. Pero este no es el tema del post

Violante Cabral dijo...

A lo que me refería es que no estoy diciendo si es cierto o no que haya 3,000 desaparecidos o 4 en Chile. De eso no se trata el post.

Javier Bazán Aguirre dijo...

Si sé que eso no trata el post, pero no pude evitar el comentario.

Javier Bazán Aguirre dijo...

La izquierda chilena y la española es "negacionista" con su pasado totalitario.

Ministro dijo...

Lo que dice Javier es absolutamente cierto, son menos. Ahora creo que Violante no esta criticando el caso Chileno, solo lo alude con las distorsionadas "cifras oficiales". (Ella sabe que son menos)

Felicitaciones doña, excelente artículo que refleja el lado humano y el sufrimiento de millones de personas por la II Guerra Mundial. Dejando de lado las sensiblerías baratas y el negacionismo tonto.
Me encantó porque evitas victimizar a un grupo y explicas a los ribetes que puede llegar la miseria humana.

Ministro dijo...

La izquierda española es asquerosa, de Stalinistas totalitarios en 1936 a pobres victimas progresistas el 2011

Javier Bazán Aguirre dijo...

La miseria humana la seguimos viendo hoy en día a través de la izquierda, que más se parecen al personaje Gollum del 'Señor de los Anillos'.

Violante Cabral dijo...

Efectivamente y la Izquierda tal como dices es una gran propagadora de todo tip de "negacionismos" incluido el del Holocausto.

Heitai dijo...

Intelligenti pauca, sed, ubi dubium ibi libertas.

Violante Cabral dijo...

¿Y quiénes serían los poco inteligentes?

Heitai dijo...

Intelligenti pauca: A buen entendedor, pocas palabras