miércoles, 9 de junio de 2010

Sobre provocaciones y reacciones inevitables


En otro siglo, en un continente lejano, mi mamá trasplantó en nuestro jardín un árbol de durazno todavía en su infancia. Una mañana, un vecino se metió en nuestro jardín y arrancó el árbol de cuajo. Mi mamá lo vio por la ventana, y salió corriendo a gritarle en su poco inglés. Como el vecino continuara con su acometida, mi Ma agarró una pala y se dispuso a pegarle. Por suerte, yo estaba en casa y pude detenerla.




Ahí el facineroso nos dijo con mucho desparpajo que lo “amparaba” (siempre los provocadores se amparan en algún argumento frágil: ayuda solidaria, libertad de prensa) una clausula perdida, escrita con letra de pulga, en los estatutos del condominio de casas en el que vivíamos. Según la clausula, no se podían plantar frutales en un jardín frontal.




Pero lo curioso es que el hombre no vino a golpear nuestra puerta a mostrarnos el reglamento, sino que escogió una medida tortuosa a sabiendas que mi Ma iba a estar sola, era de carácter fuerte y como tenía el problema del idioma, no usaría el dialogo sino la acción. No creo que esperase que le partiera la cabeza, pero si que lo empujase o algo que él pudiese usar como argumento para llamar a la autoridad y así hacerla pasar un mal rato. Habían tenido algunos problemas en el pasado y buscó el modo más cobarde de combatirla: la provocación.




No puedo culpar a mi Ma por haber intentado defender su propiedad, por haberse asustado, por haberse sentido invadida y vulnerable. Como no puedo culpar a Israel de haber defendido su territorio, puesto que esos dichosos barquitos no planeaban pasarse la vida en aguas internacionales. Pararlos un metro antes o después es hilar fino, el resultado iba a ser el mismo. La flotilla ya había dejado clara su intención de meterse en aguas israelíes y meterse en los asuntos de una acción libre y soberana. Ya eso era bastante provocación.




Los lacayos de la corte de Obama, queriendo proteger sus culines, dicen que ellos advirtieron a Israel de usar “discreción”. ¿De qué cara—o hablan? ¿Cómo se usa la “discreción” cuando te agreden? Si a mi Ma le hubiéramos dicho que el vecino iba avenir a tal hora y tal día, a desgajarle su durazno, lo hubiera esperado….pala en mano. No hay otra manera de defenderte de una invasión que usar la fuerza. Esa famosa flotilla venía con la intención de invadir, y esa es una intención agresiva. ¿Por qué no ocurrió ningún desmán con el “Rachel Corrie”? Porque ese barco no venía en plan de provocación, por lo tanto no hubo pérdidas que lamentar.




La provocación es un método estimulado por ciertas profesiones como la periodística. Los paparazzi acosan a sus presas hasta que estas se ponen en un plan pendenciero y entonces se convierten en blanco de fotos bochornosas. No me sorprende que en la flotilla viajasen varios periodistas. No me sorprende que las victimas hayan enviado mensajes de Twitter para tener más publico, no hay mejores agentes provocadores que los medios. Y no hay manera de evitar su provocación. Hay que responderles. Todo el asunto de la “flotilla libertina” fue un inmenso plan de propaganda provocadora, digno de Goebbels.




Me voy a preparar una flotilla solidaria para llevarles comida a los kurdos sitiados en Turquía. ¿Algún periodista quiere acompañarme?

4 comentarios:

Vicky dijo...

Estará Palestina facultada a echar del que fue su territorio a los israelies? No olvidemos que se metieron a la fuerzza con ayuda internacional, escondiendo la intención de un gigante de conquistar al gran continente: Asia.

Violante Cabral dijo...

¿LOs israelíes pretendían conquistar Asia? Primera noticia

Vicky dijo...

Si lees con detenimiento el único comment de este post te darás cuenta que no eran los israelíes, el gigante quizás, hoy bastante mal herido porque en el sudeste asiático se cocinan imperios: inconquistable.

Violante Cabral dijo...

Mi querida Vicky,
te pido disculpas si te malinterpreté. Lei con detenimiento tu post y no econtré un sujeto que correspondiese al "se metieron" mas que los israelíes. Lo siento pero vengo de una jefa, un ex novio y una ex socia a los que hay que decodificar. Ya me superan los mensajes en clave.