martes, 13 de julio de 2010

Cambiar de opinión es de sabios: tambalea mi postura ante el aborto.



Debo confesar que siempre creí que el aborto, en determinados casos, era una opción legítima y un derecho de la mujer que debía ser legalizado. Agrego sí, que nunca dudé que, aunque legitimo, se trataba de un asesinato, necesario, pero asesinato. Como son asesinatos necesarios matar en tiempos de guerra y la pena capital.

De joven, en un país, un estado y una ciudad que me permitía abortar gratis, aun siendo menor de edad, aun sin avisar a mis padres, yo creía que una única razón me llevaría a abortar: una violación. Juramos una vez, con mi mejor amiga que si quedáramos en estado debido a una agresión sexual, abortaríamos. Sin decirle a nadie, sin pedir ayuda ni apoyo ni consuelo. Ese sería nuestro “castigo” porque ambas estábamos claras que abortar era un asesinato.

Por suerte, la vida no nos obligó a cumplir tan dramático juramento, pero he conocido mujeres violadas que siguen adelante con sus embarazos y algunas que incluso crían y quieren al producto de ultraje, demostrando que el instinto maternal de las bestias prevalece aun en esa especie sofisticada de animal bípedo llamado humano. Pero de esas mujeres no se habla, porque para promover su agenda, los pro-aborto necesitan escudarse tras algunas excusas “lógicas” como que ninguna violada debe ser obligada a traer al mundo a su criatura.

La excusa mas antigua para el aborto es la salud de la madre. El Talmud dicta que si el feto pone en peligro la vida de la madre, es lícito abortar. Por eso, Rashi, uno de nuestros sabios más grandes, dictaminó que la vida del niño comienza únicamente en el momento de nacer, contradiciendo así lo que decía el Talmud de que el alma entra al cuerpo (y desde entonces ya se puede hablar del feto como ser vivo) a los cuarenta días de gestación. Por otro lado, tanto el Talmud como sus comentaristas posteriores, dictaminaron que provocar un aborto, vía actos de violencia, era equiparable a homicidio. Son esas ambigüedades talmúdicas las que permiten que el aborto sea legal en Israel.

La mayoría de los países civilizados comenzaron permitiendo el aborto con limitaciones. Sólo se podía abortar en los primeros tres meses de embarazo, se permitía el aborto en casos de violación, incesto, defectos congénitos o si peligraba la vida de la madre. Con esa relajación de leyes que impera en nuestra sociedad Occidental, el cuento de la “salud de la madre” se fue expandiendo hasta llegar a incluir “daños sicológicos y emocionales” que el embarazo puede provocar. Una idea aberrante, ejemplarizada por un caso que lei de una estrella del rodeo gringa que estando casada se había embarazado de común acuerdo con su marido. Todo iba bien, hasta que en el séptimo mes descubrió que por razones terapéuticas tendría que dejar de montar, esto le provocó una depresión tal que su ginecólogo recomendó que abortase, algo que hizo con ayuda del infamoso, y ya difunto, Dr. Tiller.

Esto tengo que compararlo con el caso de un chico estupendo, hijo adoptivo de una gran amiga mía. Su madre biológica sufría de paranoia, pero se rehusó a tomar medicamentos que afectasen al feto durante el embarazo. Esta mujer, aun en medio de su enfermedad mental, aun consciente que debería ceder a su hijo en adopción, anteponía la salud del niño a su propia salud.

Lamentablemente, las niñas de hoy saben desde chiquitas que el aborto es un derecho que toda mujer tiene. Tan orgullosas están de ejercer su derecho que lo convierten en una forma de anticonceptivo. Yo tengo una amiga que es abogado y que es bastante descuidada con sus métodos contraceptivos. “Total,” dice con desparpajo, “para eso está el aborto”.

Tanta propaganda ha convertido al aborto en una panacea ilusoria, por lo que otras alternativas ni son exploradas. La castidad es imposible, los anticonceptivos son poco confiables, dañinos para la salud y engorrosos. Con esa mentalidad, se producen millones de embarazos no deseados para los que la única solución es la interrupción quirúrgica. Muchas embarazadas no se sienten listas para asumir las obligaciones de la maternidad. ¿Y quién quiere pasarse nueve meses con sobrepeso, hemorroides, y algo pateándole la panza?. Todo para, después de sobrevivir a la pesadilla de un parto, regalar al crio a D-s vaya a saber quién. Mejor el aborto que es un método rápido, pulcro, terapéutico.

Lo que no cuentan los amigos del aborto es que no todas esas operaciones son tan simples y cómodas. Los médicos insisten en que hablar de riesgos en un aborto es una perogrullada. ¿Pero quién les cree a los médicos? Toda operación, hasta una sencilla lipo, implica riesgos y puede dejar secuelas físicas. Pero en el caso del aborto, es tabú hablar de desgarros cervicales, hemorragias y aumento de posibilidades de cánceres y embarazos ectópicos. Para qué decir de secuelas emocionales que van desde disfuncionalidad sexual hasta alcoholismo.

6 comentarios:

José Manuel Guerrero C. dijo...

Un placer leerle.

Violante Cabral dijo...

Pues esperamos que nos siga leyendo.

Anónimo dijo...

El aborto me parece una auténtica salvajada, creo que sólo está justificado en casos muy concretos y en las primeras semanas de gestación. El problema es que algunos de los supuestos, como en la anterior ley española que recogía daños psicológicos en la madre, son un auténtico coladero, cualquiera puede fingir tales daños para matar una criatura indefensa.

También detesto esa discriminación hacia los hombres ¿Por qué yo como padre no puedo decidir sobre el futuro de un hijo que también es mío?

Eso sí, lo que nunca se debería hacer es subvencionarlo con dinero público.

Un saludo.

Violante Cabral dijo...

Yo creo que la dscrimnación en contra de los hombres es porque se da por sentado que la mujer queaborta carece del apoyo del padre del niño o (en caso de violación) desconoce su identidad. Pero si estoy de acuerdo en que si el padre de la criatura se compromete a cuidarlo y mantenerlo, que se le consulte antes de dar permiso para el aborto. Obvio, si se trata de una (actual o ex) pareja de la madre, no de un violador. Porque hay estados de USA que sí le dan derecho a este último de ver y a conocer al producto de su hazaña (Rarezas de Gringolandia).

Ministro dijo...

Violante, fuertes palabras. Hemos conversado ciento de veces de tu vida en el Imperio, y como funcionaban las cosas en ese estado. Pero ya vez, la relajacion de los valores eticos y morales que son basicos en cada familia, son los responsables de este descalabrro. Hoy los papas mas que autoridades son amiguis, he ahi la razon del problema. Si a esto le sumamos el bombardeo audiovisual que reciben los crios desde pendex estimulandolos y erotizandolos desde crios la cosa se pone color de hormiga.

Violante Cabral dijo...

Señor Ministro,
En los seis años que llevamos de amistad, mis ideas han evolucionado, muchas veces ayudadas por sus sabios consejos... Pero la relajación moral no es solo producto del Imperio del “híbrido”. También ocurre en el Reino Zapateril y hasta en nuestra “tierra antártica famosa” tras veinte años de sinvergüencerías de la Concerta. Me acuerdo de un programa del Termómetro donde Ghirardi despotricaba contra las inhumanas leyes que no permitían el aborto. Acepto el aborto terapéutico, pero que sea realmente terapéutico, no una solución express.