viernes, 10 de diciembre de 2010

Juventud, divino tesoro: Occidente a merced de jóvenes iracundos


Ayer mozalbetes londinenses apedreaban con huevos la limosina del Príncipe Carlos; imberbes y enojados partidarios de Julián Assange, en venganza por su arresto, “hackeaban” los sitios Web de Visa y el de Sarah Palin entre otros.  El mundo está a merced de una juventud  atolondrada, pero peligrosa. Por primera vez me alegré de no ser joven e idiota.

Desde los días de Ponce de León que el humano busca fuentes de eterna juventud.  Vivimos obsesionados con conservar, copiar o simplemente envidiar los atributos de los chicos, su frescura, su agilidad, hasta su vigor sexual. Lo que nadie envidia ni desea, sin embargo,  es tener la mentalidad de un adolescente, porque si hacemos memoria dentro de nuestros cuerpos lozanos y flexibles se encerraban confusiones, ignorancias y frustraciones que solo los años y la experiencia pudieron sanar.

Es lindo ser joven, pero es horrible pensar con un cerebro inmaduro y poco estrenado que nos expone a pasar bochornos, a meter las patas y a caer en manos de adultos sazonados y manipuladores. Porque todos esos jóvenes iracundos que protestan con violencia o cometen actos que ponen en peligro a la sociedad están siendo manejados por viejos perversos.

Cuando estaba en la secundaria mis padres tenían tres preocupaciones que no los dejaban dormir: que yo cayera en la droga, que les llegara con un Domingo 7, o que me uniera a alguna secta. El gran terror de lo padres de adolescentes de ese entonces, además delas drogas y el sexo precoz e inseguro, era que sus hijos fusen atraídos por la labia de algún embaucador. En los 70’s, estábamos a  menos de una década de las comunas hippies, de los asesinatos del Clan Manson y  de una Patty Hearst convertida en “Tania la Guerrillera” así que ese era un peligro presente.

Hoy se habla del Movimiento Hippie, como  se habla de la Revolución Francesa, sin conocimiento de causa y con una admiración inmerecida. El gran logro del movimiento fue sacar las drogas del submundo e introducirlas en la sociedad y en las escuelas.

 La famosa libertad sexual trajo  como secuela violaciones, embarazos no deseados y enfermedades venéreas. Los jóvenes se rebelaron  pero no para construir un mundo mejor sino para volverse una carga para la sociedad con sus problemas de drogadicción, de hijos que el estado debía mantener, e incluso convirtiéndose en delincuentes o cayendo en manos de gente que los prostituía o volvía criminales o guerrilleros urbanos. Pero  ni la ida de liberarse o rebelarse ni las consecuencias que tenían las tales rebeldías surgía de esas cabecitas inocentes. Como ahora, la muchachada servía los intereses de adultos que en la corrupción de menores encontraban un excelente ejercito de esclavos-robots.

Uno de los aspectos más siniestros del Tercer Reich era el poder que el estado confería a los jóvenes, incluso a los niños que podían delatar a su propia familia si estos  contrariaban los deseos del Nazismo. Los chicos de la Alemania Nazi se mandaban solos, no estaban subordinados a su familia ni a sus maestros, pero su independencia era ilusoria porque eran esbirros de un gobierno que los utilizaba  para cumplir su agenda mortífera.

Los jóvenes franceses que tuvieron casi en jaque a Sarkozy hace unos meses ni sabían porque protestaban. ¿Si no tienen trabajo, de veras les interesaba que subieran la edad de la jubilación? Obviamente eran los “viejos” de los sindicatos quienes los adoctrinaban.  ¿En Inglaterra hay tanto joven estudioso que protesta porque la educación es muy cara? Mentira, él que quiere estudiar se gana la becas como servidora, no anda armando escándalos en la vía publica, lanzándole huevos y botellas al Príncipe de Gales, o dejando que agitadores experimentados les metan ideas antisociales en la cabeza.

El soldadito Bradley Manning y los  hackers juveniles que infiltraron sitios vitales  como los de Visa, Master Card y el Gobierno Sueco, tienen algo en común. Pertenecen a una sociedad que estimula los jóvenes a hacerse notar, a buscar la fama aunque sea a través de actos nocivos  y destructivos. Y por supuesto quien les mueve los hilos es Julian Assange, un maduron recorrido que los acecha para manipularlos tal como El Honrado Juan y Gedeón el Gato esperaban a Pinocho para convencerlo de que ir a la escuela no era tan divertido como vivir una aventura.

Al final, todos estos rebeldes iracundos  no son muy diferentes a los jóvenes marroquíes que atacan a judíos ortodoxos en Holanda. Tienen esa combinación perfecta de  juventud, vigor y mentes amorales y lampiñas fácilmente infiltradas por una agenda radical.

En una sociedad donde ni familia ni escuela ni iglesia representan autoridad, donde los gobiernos no protegen ni inspiran respeto, son  los jóvenes los más desamparados y desorientados. Necesitan de algún orden y de algún código de reglas. Lamentablemente quienes se las ofrecen solo los convierten en peligros sociales.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

La juventud es manipulable. Los adultos manipulan a la juventud para que exija más poder al estado, y ellos creen que pedir más regulaciones los hace rebeldes.

"Exijo que me regulen" ...Nones

Violante Cabral dijo...

No tengo problema conque exijan y protesten, pero me enferma ese afan infantil de romperlo todo.

Anónimo dijo...

La violencia los hace caer en la ilusión que son libres.

Violante Cabral dijo...

Tengo que concordar con Mi Pa que dice que una de las palabras más peligrosas es "libertad". Ahora estoy leyendo una ristra de 123 comentarios en ABC a favor de Assange y sus actos ya que promueve la libertad de prensa.

Ruy dijo...

"Ni familia, ni escuela, ni iglesia, representan autoridad"
!!Cuanta razón te asiste¡¡
La condescendencia indiscriminada=abdicación de autoridad, es lo que nos jha llevado a esta situacióndonde la ignorancia caprichosa se mofa de la experiencia.
Los que ya no reciben "palos" los prodigan a mansalva.
Guarde Dios tu clarividencia.

www.MiguelNavascues.com dijo...

El peor enemigo del avance es la juventud. Parece exagerado, pero no lo es tanto si se mira en la historia los retrocesos que han seguido a los movimientos revolucionarios. Salvo la Rev. Americana, que fue conservadora.
Por otro lado, la democracia halaga los peores instintos, no sólo de los jóvenes, pero sobre todo de ellos. La compra del voto les hace indolentes, hedonistas, arrogantes, y encima engreídos. Esto es un camino de frustración, desde luego.
No he visto peor sistema de corrupción que la Beca "Erasmus" (que mancha tan digno nombre). Es un sistema de subvención para que jóvenes vayan a hacer sexo libre en otro país de Europa. Los estudios que dicen hacer son una fachada, no se les exige ni exámenes. Por lo menos antes el sexo había que trabajárselo. Ahora se lo ponen al pie de la cama, no vaya a ser que se hernie al levantarse.

Violante Cabral dijo...

Me siento incómoda, porque parecemos viejos envidiosos, pero todos hemos sido jóvenes y sabemos que no fue nuestra época más brillante.
En inglés hay una palabra que se usa mucho para referirse a la juventud de hoy: “entitlement”. Básicamente significa que los jóvenes de clase media para arriba creen que tienen derecho a todo, regalos, estudios, sexo y cuando no se lo dan tienen derecho a hacer un berrinche o una revolución. En eso se diferencian a los de hace 40 años que sabían que todo tenían que ganárselo. Yo nací en una familia de clase media acomodada y nunca sentí que ni D-s, ni is padres, ni mi sociedad tenían obligaciones conmigo. Todo me lo he ganado a pulso. Los únicos regalos que he recibido es la fe, y tal vez el amor.

Concuerdo en que juventud y progreso no van de la mano. No había reparado en que la Revolución del 77 fue una revuelta conservadora.

Chante dijo...

This is cool!

Violante Cabral dijo...

Indeed, it is!