viernes, 18 de julio de 2008

La importancia de llamarse...

Me acabo de enterar que la colegiala que remojó a la Ministra se llama “María Música”. Con razón la niña es tan estridente en sus reacciones. En serio, con un nombrecito como ese (es como llamarse María Cocinera o María Filosofía) ya la chica estaba predestinada a una vida de inadaptación social.

Un claro ejemplo de irresponsabilidad paterna comienza con los nombres que le dan a sus criaturas. Muy pocos padres valoran la importancia de un nombre en el desarrollo de la personalidad de un individuo. Un nombre define a una persona, es un punto de apoyo y puede hasta decidir su destino. “Nomen, omen” decían los romanos, porque el nombre presagiaba la dirección vital de quien lo portaba. Es por eso que muchas sociedades, mal llamadas primitivas, dan dos nombres al individuo uno que le acompaña en la infancia y otro que se le otorga al llegar a la madurez. Generalmente, este último rito de pasaje es marcado por una celebración y una ceremonia.

Por siglos, los padres concientes les daban a sus hijos nombres con significados, esperando que creciesen de acuerdo a esa cualidad que llevaban en el patronímico. En culturas católicas se les designaba el nombre del santo del día en que nacían o eran bautizados para colocar a los niños bajo protección celestial. Hasta hace poco se les daba a los niños el nombre de los padres o de parientes cercanos para que estuviesen más unidos a la tradición familiar. Entre los judíos modernos la costumbre es que un niño tenga dos nombres: un laico para sus actividades en el mundo gentil y otro bíblico o hebreo para sus actividades religiosas. La costumbre es llamar al niño por el nombre de un pariente cercano, ya fenecido, si el bebé pertenece a la tradición Ashkenazi, o si es Sefardí, como en mi caso, llevará el nombre de un pariente que aun goza de vida. De esa manera, el niño queda vinculado a su pasado familiar.

Hoy en día, en que tradición es mala palabra, y en donde toda nuestra cultura está marcada por irresponsabilidad sistemática, el factor principal en nombrar a un hijo es la “creatividad” o la “originalidad”, el ponerle nombres que nadie más tiene. Por eso se aplaude a Nicole por ponerle a su hija el nombre de un día de semana, a Gwyneth por darle a la suya el nombre de una fruta, y a Beckham por llamar a su hijo “Brooklyn”. Recién leía un artículo elogiando a los Pitt-Jolie por ponerle a uno de sus mellizos “Knox”, nombre que termina en X y que hace juego con sus hermanitos “Maddox” y “Pax”. En cuanto a Vivienne Marcheline, descubrieron que no se que otra famosa tenia una cría llamada “Vivienne” (nombre francés que viene del latín, que significa vida) pero que la combinación de “Vivienne” y “Marcheline” era sumamente creativa. Los periodistas a veces me dan lastima.

Curiosamente, Angelina no pensaba en creatividad cuando llamó a su hija “Marcheline”, el nombre de su difunta madre, y Knox es el nombre del abuelo de Brad. Al final, para nombrar a sus hijos estos vanguardistas rebeldes siguieron las reglas más tradicionales y más juiciosas. No así Gwyneth y su “Apple”, o Tom y su “Suri”, o un individuo cuyo nombre no mencionaré, pero que tuvo la delirante idea de bautizar a su vástago con el nombre de “Gulliver”. O dejando al lado a los famosos, y volviendo a nuestra cultura, está esa costumbre horrorosa de ponerles a los "peques" nombres gringos. ¿No cachan que no pega llamarse Bjorn o Britney cuando se apellida Machuca?

Hay padres que son tan escrupulosos que quieren esperar a que sus hijos tengan edad de razón para elegir su religión, pero que no tienen reparo en encajarles nombres ilógicos que los estigmatizarán de por vida, sólo porque a ellos les suena bien o “porque nadie más se llama así”.

¿Qué no piensan como se van a burlar los compañeritos en a escuela al oír esos nombrecitos que invitan a rima y remedo? Cuánto deben haberse burlado de la Maria Música en nuestro sistema escolar, famoso por estimular el “bullying” y otros comportamientos agresivos. ¿Cuántos motes se habrán necesitado para empujarla a cometer un acto que, por inocente que parezca, denota una conducta antisocial y una predisposición al dialogo violento?

He conocido personas tan traumatizadas con sus nombres que se los han cambiado legalmente y que me han dicho que con el trueque les ha cambiado la vida. Que triste, puesto que con eso indican que su vida anterior fue mediocre y desdichada, todo a causa de la ligereza de sus padres al escogerles un nombre.

6 comentarios:

Ministro dijo...

Es cierto, entre los nombres que pueden pesar a una persona, que después tiene comportamientos contradictorios al nombre, encontramos a
Salvador Isabelino del Sagrado Corazón de Jesús.

María Música, "cantó por un sueño" y se comportó como buen "Rojo", con su discurso el cual si se fijan bien todos, se lo elaboraron. Y le dio una refrescada a la Ministro.

Una mocosa de 14 años, como los tuve yo en algún momento no tiene idea de lo que es La Constitución, los Partidos Políticos, ni las nociones básicas de un ciudadano...

Excelente Percepción Violante Cabral, martirizadora de Xica.

Violante Cabral dijo...

Veo que se trata de un admirador que me conoció en otra reencarnación. Lo que me da mas cólera es que cuando le vacié una bacinica llena de orines en la cabeza a Xica, todo el publico me crucificó, pero ahora aplauden a otra remojadora.
Es cierto que muchos quisiéramos vaciarle un orinal encima a más de un ministro (Velasco es mi candidato favorito), pero nos olvidamos que los ministros son meros esbirros de un mal gobierno y que es quien los reta en público la mayor culpable (junto con los ilusos que votaron por ella)
Dices bien, Maria Música se comportó como típica “Lola en edad del pavo” y demostró que no tiene la madurez de sus colegas que dejan los destrozos para las protestas callejeras. Es que cuando se va a dialogar se deja la metralleta en la puerta. La única arma es la boca. Si Maria Música se hubiera dirigido a la Ministra acusándola de mentirosa y representante de un gobierno mentiroso, yo la hubiera aplaudido, pero esa acción, digna de los Tres Chiflados, la hizo quedar como mocosa desubicada. Como bien señalas, es una buena representante de una generación alimentada por “reality shows” cuya verdadera misión es hacerse notar en base a actos payasescos.
Respecto a lo que dijiste primero, curioso que al Chicho lo bautizaron poniéndolo bajo la protección de tantos nombres con connotaciones religiosas, y salió tan ateo y masón el pobre. Igualito, a Mi Gorda Bella, que se ufana de su ateismo, pero lo más bien que se fue a carretear a la Fiesta de La Tirana y hasta prometió basílica. ¿Con qué ropa Señora Presidenta? Mire que las basílicas no cuestan cuatro chauchas.

Heitai dijo...

Bueno Doña Violante... a mi me "c-ron" con el nombre... y no lo digo por que no hay muchos.

Como Ud. dice, hay nombres que no pegan, y tener nombres por ejemplo alemanes, y apellido griegos... no pega, y algo así me regalaron mis viejos, amén del significado.

Violante Cabral dijo...

Ls padres son muy descuidaos al nombrar a los hijos, pero amigo Innombrable, nosotros nos ganamos tantos nombres/apodos a lo largo de nuestra vida.... Una vez fui a comer con cuatro amigas que no se conocían entre si (una buena manera de conservar amigos es no juntarlos ni con otros amigos ni con parejas) y tdas me llamaban por un nombre diferente. Por eso me gustan las culturas como la japonesa donde un rito de pasajees cambiar el nombre del individuo. Entre los judios la costumbre es tener un nombre oficial , "civil" y uno bíblico para los servicios religiosos.
Vajando en esta maquina del tiempo de las Revoluciones Pinguinas, me entero que ahora dicen que tambien se dieron gracias a las redes sociales, comentatio que provocó que resucitaran viejos lideres de esa revuelta a decir que en esa epoca ni se sabia lo que era FB y Twitter y que muchos de ellos ni chateaban.Para que veas como se construyen los mitos.

Heitai dijo...

Me sorprende... pensaba que era el único con razgos paranoicos a quien no le gustaba que sus amigos se conocieran.

La revolución punga-uina? una cosa sin resultados. El principal problema es uno solo... MALOS profes.. como recuerdo a los que sin su libro y carpeta quedaban desnudos frente a la clase. Y ahora salen peor.

Violante Cabral dijo...

Ultimamente se está usando mal el témino paranoia. No hay nada psicopatologico en no querer disfrutar en manada como bisontes. La amistad es un bien demasiado precioso para no gozarlo de manera íntima. Tal como no todos nacimos para swingers, los amigos se disfrutan más en la intimidad que en pandillas ruidosas, donde Fulano se pega con merengano y tu quedas en el medio. Unas de las 10 cualidades que me hacen ver El Laberinto de Alicia es que demuestra lo fragiles que son esos nucleos de amigos de "toda la vida" cuando se hace todo en patota.
Como ex docente tengo que arguir que a la par con malos profes tambien hay una pesima estructura donde el profesor no tiene autoridad y donde el alumnado esta mas ocupado defendiendose del bullying o maltratando al más debil que a veces resulta ser el pobre profe.