domingo, 24 de octubre de 2010

El fin del multiculturalismo ¿qué lo mató?

Encontré un par de artículos perturbadores en ABC. Uno habla sobre el auge de grupos políticos xenófobos en Europa y otro sobre la necesidad de integrar a los inmigrantes a la sociedad alemana. Aunque los prejuicios son algo omnipresente en toda sociedad donde conviven más de una cultura, hay un factor nuevo que los hace más preocupantes.

Tras la declaración de Ángela Merkel, han surgido muchas voces de apoyo para crear una Alemania mas integrada. En ningún momento se pide la expulsión de inmigrantes, ni se cierran las fronteras. Se solicita solo que los nuevos alemanes no vivan de manera segregada, que aprendan el idioma y se comprometan con los valores del país. Nada más lógico, pero me surgen algunas dudas.


Primero ¿Por qué ha sido Alemania la primera en constatar los peligros de un falso multiculturalismo? ¿Por qué no Francia o Inglaterra que tienen mayores problemas e incluso han sufrido disturbios raciales en sus capitales? Además, no puedo olvidar que la mayor ola de racismo del Siglo XX surgió en Alemania contra un segmento de su población que estaba tan asimilado que se sentía más alemán que Hitler, que era austriaco.

Yo también he sido inmigrante. Sé lo que es tener que aprender un idioma, costumbres nuevas, sufrir pequeños desprecios y burlas por ser diferente. Conozco a personas a las que la experiencia ha amargado y radicalizado. Me pregunto por qué a mi y a otros no, cuando volví a Chile era yo la mayor promotora de los valores estadounidenses. Pero tal vez fue el que siempre vi la asimilación como una opción. Obvio, por entonces no había problemas de terrorismo ni miedos a la diversificación racial que juegan papeles importantes en este temor al multiculturalismo en ambos lados del Atlántico.

Mi experiencia de vivir en un crisol de razas, me indica que se puede vivir perfectamente sin asimilarse. La mamá de mi mejor amiga, señora peruana de origen chino, vivió hasta su muerte en Staten Island, sin aprender inglés. Se batía perfectamente con el castellano y el dialecto cantonés y hacía su vida entre ambas comunidades. Por otro lado, conozco muchos gringos que en zonas de mayor migración hispana, aprenden castellano para interactuar mejor con esa comunidad. Y cuando un americano se casa con algún miembro de grupo étnico u otra nacionalidad suele adaptarse a las costumbres de su pareja. USA, con todos sus defectos, era hasta el S-11, un ejemplo exitoso de sociedad multicultural.

Una de mis diez novelas favoritas, y se la recomiendo, es Quo Vadis de Henryk Sienkiewicz. Uno de sus muchos meritos es un retrato muy veraz y fascinante de la Roma de Nerón. En una escena, el protagonista Marco Vinicio y su tío Petronio, nobles patricios romanos, deambulan por una Roma completamente multicultural. El autor nos describe a los transeúntes, hay griegos, egipcios, etíopes, bárbaros, hebreos, etc. Todos miembros de los países conquistados por Roma y todos viviendo en una atmosfera de tolerancia, armonía y sin tener que abandonar sus costumbres ni religión.


En otra escena, Petronio le dice a Vinicio que no entiende por qué Ligia, la heroína, siendo cristiana no va a la sinagoga como los demás judíos. Los romanos comenzaron viendo a los cristianos como una secta judía (lo eran originalmente) y se sorprendieron al descubrir que al revés de los judíos que no tenían problemas con convivir con los romanos, los cristianos insistían en segregarse y llevar su religión como misterio.

A medida de que se conocía más sobre los cristianos, las autoridades romanos se alarmaron. Estos eran unos revolucionarios blasfemos que querían destruir el panteón romano, implantar el monoteísmo, un estilo de vida ascético incompatible con la elite romana, y destruir las barreras sociales. En fin, querían cambiar la sociedad. Peligrosos, muy peligrosos. Por eso se les persiguió, se les vio como enemigos del estado, y se buscó erradicar sus costumbres. Pero antes se intentó asimilarlos. Incluso, antes del martirio, se les ofrecía a los cristianos la oportunidad de retractarse ofreciendo un sacrifico a los dioses y así demostrar su lealtad al Imperio.


No estoy siendo sarcástica al decir que fue el cristiaismo el que hizo dudar a Roma del peligro de albergar revoltosos en su seno. Como heredera de valores judeo-cristianos, soy consiente de que Roma se había vuelto un imperio caduco y corrupto, que necesitaba de valores firmes y disciplina para al menos salvar lo mejor de ella y trasplantarlo a una sociedad mas joven y enérgica. Sin embargo, es el mejor ejemplo de lo que ocurre hoy. La diferencia es que la actual xenofobia está dirigida contra grupos que ya han manifestado el mismo sentimiento. Los cristianos profesaban amor por sus semejantes, no ponían bombas, no querían matar a los romanos, ni deseaban implantar su modelo de vida a través de la violencia. Lamentablemente, muchos musulmanes si son culpables de esos actos.

La declaración por la cual Juan Williams fue despedido de su radio, incluía un comentario de que si rabinos Hasídicos hubiesen puesto bombas en aviones, el periodista también les tendría miedo al verlos abordar su avión. En el imaginario occidental los inmigrantes musulmanes van asociados con

a) Gente que comete atentados

b) Gente que desprecia Occidente

c) Gente con costumbres intransigentes como matar gays, cortarle la nariz a las mujeres, etc.

A la mamá de mi amiga puede tildársele de floja o descuidada por no aprender inglés. Cuando un musulmán no aprende el idioma del país le recuerda a Occidente su desprecio por los valores occidentales y su deseo de imponer su cultura sobre la ya existente. Aunque en Europa también molestan los gitanos y los latinos, es el miedo y desconfianza por el islam lo que ha motivado que en Suecia y Holanda ganen las elecciones candidatos de derecha y que se pueden tildar de islamófobos.


En Chile y en la mayoría de América Latina, la comunidad musulmana o proveniente de Oriente Medio está más que integrada porque llegó hace un siglo y estableció sus raíces en épocas en que el radicalismo islámico no existía. La historia es diferente en Europa donde cada día llegan nuevos elementos de un mundo cuya cultura parece incompatible con la europea o la norteamericana, un mundo que protege y fomenta el terrorismo, un mundo que irónicamente es xenófobo. Es por eso que los prejuicios aumentan y el frágil concepto de una sociedad multicultural es repudiado por muchos.




9 comentarios:

Vicente Olazaran dijo...

El multiculturalismo, es precisamente eso: diversas culturas conviviendo dentro de una sociedad sin perder sus propias identidades si no lo desean.
Para que esas diversas culturas convivan se requiere integración.
El asunto es qué se entiende por integración y cuál es su alcance.
Se requiere que tanto integradores como integrados acepten normas de convivencia comunes, que están dadas por un mismo estado de derecho.
El que se integra debe aceptar esas normas básicas sin que ello implique renunciar a su identidad. Si no quiere aprender el idioma por ejemplo y lo hace bajo su propia cuenta y riesgo, no debiese ser problema, salvo para él mismo.

Violante Cabral dijo...

Según cuenta mi mamá, una de sus abuelas llegó a Chile ya vieja y nunca aprendió castellano. En cambio todas sus nanas aprendieron a hablar italiano.
Pero no creo que el multiculturalismo haya fenecido en Europa por cuestiones de idioma. Por un lado los immigrantes se han aprovechado de los beneficios de un estado protector y se han vuelto una carga, por otro está la desconfianza de los europeos por los musulmanes que componen el mayor nucleo de immigrantes.

EnEstadodeGuerra dijo...

El problema es de la Real Academia de la Lengua, que da a la palabra "cultura" un ámbito demasiado amplio.

Me explicaré: para mí, el islam, en el siglo XXI, no tiene cultura que ofrecer. La tuvo, sí, en el siglo XV. Pero, ¿Hoy? lo máximo a lo que pueden aspirar es a enseñarnos a memorizar el corán y a destrozar los valores que todo Occidente considera sagrados: y ésto incluye a los judíos, a los protestantes, a los baptistas, a los católicos... pero el Islam no tiene valores que transmitir. No, al menos, valores aceptables. Y por eso no son aceptados en Europa. No es ya solo que no se integren -que no lo hacen- sino que nos odian y lo demuestran. La comunidad china tampoco se integra, pero no se percibe como amenaza. Han llegado, han fundado restaurantes, comercios, tiendas de alimentación: incluso en muchas ocasiones eliminando a competencia autóctona. En algún caso se ha advertido de su "invasión": pero ésta es pacífica y bajo nuestras reglas. Se acepta y punto.

Europa se está empezando a dar cuenta de la amenaza que se cierne sobre ella. Movimientos sutiles como el alemán y el francés van a comenzar a ser muy habituales.

Afortunadamente.

Violante Cabral dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Violante Cabral dijo...

"No es ya solo que no se integren -que no lo hacen- sino que nos odian y lo demuestran".
Ahi está la clave, amigo mío, pero dno fue siempre asi. El mejor ejemplo han sido las comunidades del Medio Oriente en America Latina donde han florecido pacificamente por casi un siglo.
Ademas, hace 30 años, en mi época de mayor convivencia con árabes y musulmanes, ninguno buscaba imponer su religion a nadie, de hecho la mayoría querían ser más modernos. Pero de eso hablaré en mi próximo post.

Claudia dijo...

Creo que el problema no es fundamentalmente de lenguaje, si no que el no empleo de lenguage es un síntoma de desprecio hacia el lugar donde habitan.

Me explico. Cuando la madre que cuentas vivió en NY sin aprender inglés y manejándose en español y cantonés, no intentaba vivir de subsidios y, a la vez educar a sus hijos para poner bombas e implantar la Sharia.

Por supuesto, no todos los musulmanes son así, hay un número importante de ellos, que son seculares, sobre todo los que, por motivos políticos o religiosos han sufrido persecución por parte de los gobiernos de sus países de origen. Pero eso no oculta que hay imanes polígamos (lo que es un delito), que en muchos casos, viven de subvenciones y pensiones públicas varias, que predican la Jihad o guerra santa, la segregación de hombres y mujeres y de musulmanes y no musulmanes y que abogan en sus sermones por la imposición de la Sharia y de un califato.

A ello se añade que ni las autoridades han luchado desde un primer momento contra estos extremistas (que muchos no van vestidos de forma no occidental y saben hablar el idioma del lugar donde viven, aunque otros realmente sí viven en guetos) y las asociaciones de musulmanes en muchos casos los han apoyado, considerando que toda crítica era racista.

¿Por qué Alemania? Hay noticias de niños alemanes que sufren abusos, burlas y mobbing por parte de los niños que no son alemanes, porque "hablan bien alemán". Ha habido varios casos de asesinatos por honor. Hay grupos extremistas islámicos haciendo proselitismo por la calle. Alemania tiene una de las mayores concentraciones de Europa de "militantes" islámicos, o sea de jihadistas, como consecuencia de la inmigración turca.

Puede que no haya habido revueltas, pero la situación es de todo menos pacífica.

Violante Cabral dijo...

Claudia, bienvenida.
Creo que hay poco que agregar a tu comentario, muy ilustrativo. Ya me habían llegado noticias de la agresividad de los musulmanes en Inglaterra, no sabía que en Alemania también .
Como bien señalas, culpa existe en las autoridades que dejaron que adquirieran tanto poder y tanta inpunidad.

Claudia dijo...

Hola Violante:

Me gustaría añadir tu blog a mi blogroll, si me das tu permiso.

El problema grave es el de la impunidad. En España tenemos varios imanes muy peligrosos. Varios tienen policía islámica que prohíbe a los musulmanes vender alcohol, castigándoles si lo incumplen, y algunos han atacado a las prostitutas de la zona. Otros han apoyado públicamente la lapidación, diciendo que impide que haya hijos sin padre que al no tener derechos (sic) tienen odio (¿!).

Cuando se critica estas cosas, lo que se dice es que eres racista, no entiendes su cultura o que en la Iglesia hay curas pederastas. Creo que esto es no es una cuestión de razas (hay musulmanes extremistas de todas las razas), no creo que la ablación del clítoris, la lapidación o la amputación de miembros como pena sean "cultura" y tampoco creo que el hecho de que en otras religiones haya problemas (en todo caso, mucho menores y siempre hechos contra el espíritu de la religión que dicen practicar), sea causa que justifique otras atrocidades.

Al final se ve que mucha gente es poco coherente y bastante exagerada. Que los políticos o son muy extremistas, o son unos pamplinosos o directamente esperan ganar algo con los beneficios del petróleo cuando se jubilen. Y que creo que el debate sobre el multiculturalismo llega muy tarde y muy mal, porque debería haberse planteado hace mucho tiempo...

Violante Cabral dijo...

Por supuesto que puedes añadirme. Yo desde el 2006 que estoy escuchando quejas sobre situaciones (a ratos increibles) como las que cuentas. El que en los paises escandinavos y Holanda se esté votando por quienes enfrenten esa realidad y quieran hacer algo al respecto demuestra la preocupación de los europeos.