El pecado de la inflexibilidad: ¿en qué se parecen Piñera y Pamela Anderson?

Acabo de leer una noticia en La Vanguardia de que un grupo islámico de Indonesia rechazó la ayuda monetaria de  Pamela Anderson  a las víctimas del tsunami por considerarlo dinero mal habido. Supongo que el mundo musulmán aplaudirá esa muestra de firmeza y piedad religiosa, pero a los damnificados les importa un rábano que ese dinero lo haya conseguido la pechugona por posar desnuda  en Playboy. Me pregunto si muchas veces por la terquedad de ser  fieles a  nuestras posturas no dañamos, o nos hacemos daño.

Como muchos lectores del excelente Blog de Hérmogenes Pérez de Arce me sentí aludida en su último post como una de esas personas que antes pensaban como él (respecto a nuestro actual presidente). Lo cito:

“Por supuesto, yo también sé que me estoy desprestigiando entre personas que antes pensaban como yo. Lo que sucede es que yo sigo pensando en la misma línea de siempre y el resto (al parecer todos) ya no”.

Primero me sentí avergonzada y luego me auto examiné para ver si realmente me había cambiado de chaqueta. La respuesta es negativa. Admiro mucho a Don Hermógenes porque  es el último baluarte de una Derecha “derecha” como lo era antiguamente, firme, segura en sus valores e incorrupta. Por eso, elogio que él siga portándose a la altura de su código de conducta que es irreprochable. Yo no soy de Derechas (y conste que las ideologías derechistas varían de nación en nación). Soy conservadora, tradicionalista, patriota o nacionalista,  y profundamente anti izquierdista. Por eso voto por lo que me ofrezca  la Alianza, y a lo mejor por eso no necesito ser tan inflexible. 

Cuando voté por Piñera y ya lo he dicho anteriormente, esperaba que me defraudara y me dejara satisfecha en ciertas cosas. Efectivamente me ha desilusionado en algunos aspectos, pero también me ha dado esperanzas en otros. Estoy consciente de que no es un representante de la Derecha  tal. Pero eso no me impide ver sus posibilidades o logros. Al igual que reconozco posibilidades y logros en algunos elementos de la Concertación.

Si me estoy ahogando y viene Escalona a rescatarme yo no le voy a dar una patada que es lo que han hecho los islámicos con Pamela Anderson. Por suerte, la regla judeo-cristiana exige que se acepte la limosna sin mirar de donde venga. Ese grupo indonesio le ha negado el derecho a Pamela de ejercer su caridad y la ha hecho culpable de un delito en el cual los mayores delincuentes son las revistas que lucran con esas fotos y los libidinosos que pagan por verle las pechugas a la actriz. 

Volviendo a Chile. Mas  allá de si la gestión piñerista es la adecuada, hay otros factores que pueden producirse si nos pasamos el día haciendo pública nuestra desaprobación.

1.      No lo vamos a dejar gobernar al hombre con tanto reto y garrotazo. Y eso es peligroso. Lo vi en USA cuando el republicanismo organizado le sacó los trapos (o el vestido de la Lewinsky) al sol a Bill Clinton con un asunto meramente domestico que solo les atañía  a Hilary y a él. Lo que se consiguió fue que el pobre estuviera tan aturdido que perdiera una oportunidad estupenda de mandar sacar del medio a Osama ¡y hasta perdió la tarjeta que otorga potestad al Presidente de los Estados Unidos para iniciar una guerra nuclear!

2.      Con criticas agresivas no  vamos a convencer a Piñera de que nos de en el gusto. A la gente se le convence con razones no con  peñascazos aunque sean por escrito.

3.      En cambio, si vamos a convencer a un electorado no alineado de que la Derecha está compuesta  por un grupo de “momios”  gruñones que nos sentamos en el Rincón de los Picaos a complotar contra Piñera.

4.       Peor aun, vamos a dejar tan mala imagen que cuando Tatán se vaya a la casa nadie va a querer votar por la Alianza

5.      Y lo que a mi me parece ya un pecado. Tan empecinados estamos quejándonos y criticando al actual gobierno que nos hemos olvidado de quien es nuestro mayor enemigo: 20 años de Concertación. A sus representantes  es a quienes hay que desacreditar, exponer su mala gestión, hacer pública su corrupción para que nunca más se vuelva a votar por semejantes truhanes.

Mas importante que destacar negativa o positivamente la gestión de Piñera, es crear una imagen positiva de la Derecha. En vez de jugar a victimas y verdugos, hay que  recordar y resaltar lo positivo de Gobiernos de Derecha y del Gobierno Militar y compararlo constantemente con las embarradas de los Gobiernos de la Concerta. Y por sobre todo publicitar a todo político de Derecha que lo esté haciendo bien.

A lo mejor eso, puede parecer como traiciónar  a nuestros principos o demostrar una flexibilidad oportunista, yo no lo veo  así.